Los Crisantemos se adaptan muy bien al manejo fotoperiódico cuando se cultiva en invernaderos, consiguiendo así que florezca en distintas épocas de año. Esta planta es muy sensible a la asfixia radicular y la consiguiente aparición de hongos vasculares. Esto suele ser debido a que se utilizan sustratos con poca aireación y mal drenaje. Como además suelen cultivarse en verano, el sistema radicular suele sufrir más al calentarse el sustrato y directamente “cocer” las raíces, para ello debemos mantener el sustrato lo más fresco y ventilado posible y evitando los encharcamientos donde el agua se calienta y produce más daños. Cuando esto ocurre suele aparecer amarilleamiento en las hojas ya que las raíces no tienen capacidad de absorción. Para recuperar el sistema radicular utilizaremos fungicidas y estimulantes, una vez conseguida la recuperación, fertilizaremos con un abono de alta calidad y Hierro.