Los almendros son muy exigentes, por lo que aplicar fraccionado los nutrientes y en especial el nitrógeno a lo largo de la primavera y el verano es más eficiente que una única aplicación en primavera. El potasio es muy importante para obtener una producción de almendra buena y uniforme. Afecta muy positivamente al tamaño de los frutos, mientras que su deficiencia disminuye la producción del año siguiente. La necesidad de mantenimiento anual del potasio es de alrededor de 225-270 Kg/Ha, aunque varía según las condiciones y técnicas de cultivo empleadas. Las analíticas foliares durante el verano son una herramienta importante para gestionar la nutrición mineral de este cultivo. Las almendras son sensibles al exceso de sales, especialmente con más de un 0,30 % de sodio o un 1,79 % de cloro en las hojas. Crecen mejor en áreas con inviernos fríos y húmedos, seguidos de primaveras templadas, veranos secos y cálidos, y otoños templados. El árbol es relativamente resistente al frío, necesita temperaturas bajas durante el periodo de latencia del invierno para crecer y florecer correctamente en la primavera.