Mango

El árbol del mango puede cultivarse en una gran variedad de tipos de suelos, aunque se recomienda utilizar suelos bien drenados, profundos (≥ 2 metros), arcillo-arenosos, ricos en materia orgánica, con un pH de 6 a 6,5. La retención del fruto y un tamaño del mismo por encima de lo deseado son problemas típicos de los cultivares de mango situados en regiones subtropicales secas. Otro problema de las plantaciones de mango en regiones tropicales es una diferenciación insuficiente de las flores. Pulverizar las flores en momentos precisos y con concentraciones específicas es la solución óptima para los dos problemas. Suele presentar deficiencias de hierro y zinc, está última se corrige mediante aplicaciones foliares en primavera.